Título de la obra: Carlos III, cazador Fecha: hacia 1787
Autor: Francisco de Goya y Lucientes Técnicas y soporte: óleo sobre lienzo
Se trata de un retrato pintado al óleo sobre lienzo del monarca Carlos III, actualmente expuesto en el Museo del Prado, realizado por el pintor Francisco Goya y Lucientes hacia el año 1787.
Carlos III, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, heredó de su hermano Fernando VI la Corona española en 1759. Siguió la política de su padre y firmó el Tercer Pacto de Familia con Francia. Durante este periodo sucedieron la Guerra de los siete años, donde esta alianza fue vencida por los británicos; y a Sacramento tuvo que cederlo a los portugueses, quienes fueron aliados británicos. Por otro lado, Francia cedió a España Luisiana por las pérdidas. Luego más tarde, tras terminar la segunda guerra, donde ganó la alianza franco-española, el tratado de Versalles permitió la recuperación de Menorca, Florida y Sacramento.
A nivel nacional, lo llamaron «el mejor alcalde de Madrid», a pesar de la multitud de dificultades y crisis con lo que se tuvo que hacer cargo al heredar el trono. Carlos III adaptó una política de aparente emprendimiento hacia el pueblo, aunque luego cumplió con su labor de monarca absoluto; e hizo importantes cambios ya que en la época de su reinado nacieron las ideas ilustradas en Francia que provocó la Revolución francesa. Como consecuencia del inicio de la Revolución francesa, es importante mencionar que España rompió con los Pactos de Familia. La llegada del depotismo ilustrado a España supuso el levantamiento de la voz del pueblo exigiendo unos derechos mínimos. No obstante, la Ilustración tuvo un largo tránsito en España.
Carlos III nombró ministro de Hacienda al marqués de Esquilache quien hizo cargo prácticamente de toda la política de Carlos III. Entre el programa de reformas se encontraba la de en Hacienda, donde querían hacer un contado exacto de todas las propiedades de la clase alta que; por supuesto, a estos no les pareció bien la idea y así no se llevó a cabo este proyecto. Otra fue la reforma en la vestimenta. Por último, y una de las mayores causantes del motín de Esquilache, asaltamiento del Palacio Real para informar al rey el descontento del pueblo de todos los estamentos, la subida de los precios de los productos básicos. El pueblo exigía los derechos ilustrados, el restablecimiento de los precios y el de la vestimenta. A respuesta de esto, Esquilache fue desterrado, pero el rey se fugó a Aranjuez lo que puso más descontenta a la población.
Respecto a la Iglesia, reformó su importancia porque los ilustrados eran regalistas, por lo que se expulsaron a los Jesuitas.
El autor de la obra, Francisco de Goya y Lucientes nació en Fuendetodas (Zaragoza) el 30 de marzo de 1746. Aprendió a pintar de José Luzán, el pintor más destacado del arte pictórico aragonés del siglo XVIII. Lo que hizo Goya para convertirse un gran pintor fue la decoración de la cúpula Regina Martyrum. Goya no solo destaca por su dominio de las técnicas pictóricas disponibles de su época sino por la variedad de géneros, estilos y temas que exploró.
Lo que primero nos llama la atención en el cuadro es la centralización del personaje del monarca en el lienzo, imponiendo y mostrando grandeza sujetando la escopeta y una daga en su lado. En su vestimenta se refleja la reforma que hicieron en vestimenta ya que lleva sombrero de 3 picos. También lleva las bandas de su reino en el torso indicando su potencia. Lleva zapatos y chaqueta de color oscuro. En su mano lleva guantes blancos, símbolo de la pertenencia a clase alta. Carlos III amaba la caza, afición principal de los monarcas; por tanto, no es sorprendente esta representación. A su lado derecho, su perro duerme plácidamente con un collarín puesto.
En el fondo vemos un paisaje generoso en detalles, con muchos valles y montes, así indicando la enorme expansión del reinado.
Los colores dorados-amarillentos se reflejan tanto en el paisaje como en la chaqueta del rey. Esto es un típico símbolo de Goya. En el fondo utiliza colores pasteles y pardos mientras que, para hacer contraste, en la vestimenta del monarca dominan los colores llamativos.
La gran frase de la Ilustración Todo por el pueblo, pero sin el pueblo también es reflejada en la pintura. La población no estaba contenta y también hubo una crisis a nivel político, mientras que el retrato intentaba transmitir totalmente lo contrario: la tranquilidad, el bienestar y el buen funcionamiento del sistema.
El cuadro va dirigido a la exposición ante otros monarcas para presumir del Imperio español. Lo importante es darle buen imagen a los demás países de España.
El cuadro es muy dinámico, representa el poder máximo a un nivel no tan extravagante con el otros retratos de otros reyes. Por otro lado, la expresividad de la naturaleza del fondo es brillante. No obstante, la hipocresía y falsedad que relaciona el cuadro con la realidad es absurda.
El rincón de los apuntes olvidados 